lo que creemos

En LoveUnlimited, nos basamos en una fe incondicional y profunda en el Señor Jesucristo —Yahushua HaMashiach—, el Hijo del Dios Viviente, el Mesías prometido de Israel, el Cordero inmolado y el León que reina. Él es el Señor de señores, el Rey de reyes, el Ungido y el Amado del Cielo.
El Evangelio de Jesucristo
Creemos que toda la humanidad ha caído por el pecado y está separada de Dios por naturaleza. Sin embargo, por su gran misericordia, Dios proveyó la única manera de reconciliarse consigo mismo: a través de Jesucristo. Él es el Camino, la Verdad y la Vida; no hay otro nombre bajo el cielo en que podamos ser salvos (Juan 14:6; Hechos 4:12).
Creemos que la salvación se otorga gratuitamente a todo aquel que recibe a Jesucristo como Señor y Mesías, con plena y sinceridad, entregándole su corazón y su vida. Su obra consumada en la cruz restaura nuestras almas, nos limpia del pecado, nos eleva en gracia y nos reconcilia con el Padre. Esta restauración está disponible para todos los que se arrepienten, confiesan sus pecados y creen en su nombre (1 Juan 1:9; Romanos 10:9-10).
Creemos que la verdadera gracia no es una licencia para pecar, sino el poder de vivir con rectitud. El perdón comienza cuando reconocemos nuestro pecado, nos declaramos culpables ante un Dios santo y aceptamos la misericordia ofrecida mediante la sangre del Cordero.
El Espíritu Santo
Creemos en la Persona y la obra activa del Espíritu Santo —Ruach HaKodesh— , el mismo Espíritu de Dios, enviado por Jesucristo para estar con nosotros, en nosotros y sobre nosotros. Él es nuestro Consolador, nuestro Ayudador, nuestro Abogado y nuestro Guía hacia toda la verdad (Juan 14:16-17; Juan 16:13). Él convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio, y capacita a los creyentes para vivir en santidad y en una relación profunda e íntima con Dios.
Creemos que Jesucristo aún bautiza a sus seguidores con el Espíritu Santo y fuego (Mateo 3:11; Hechos 1:5). Este bautismo no es opcional ni simbólico; es una capacitación vital y sobrenatural para una vida cristiana victoriosa y un ministerio fructífero en el poder de Dios.
Rechazamos explícitamente la enseñanza falsa y antibíblica de que los dones y milagros del Espíritu Santo cesaron después de la llamada "era apostólica". Afirmamos sin concesiones que Él es el mismo Espíritu hoy que en la Iglesia primitiva: sigue obrando, moviéndose y derramándose.
Creemos que los dones del Espíritu —como profecía, sanidad, lenguas, interpretación, milagros, palabras de conocimiento y sabiduría, discernimiento de espíritus y fe— siguen activos, disponibles y son esenciales para el Cuerpo de Cristo hoy (1 Corintios 12:4-11; Romanos 12:6-8). Creemos que el Espíritu Santo continúa confirmando el Evangelio con señales y prodigios, tal como lo hizo en los días de los apóstoles (Marcos 16:17-18; Hebreos 2:4).
Él todavía sana a los enfermos, restaura vidas quebrantadas, expulsa demonios, resucita a los espiritualmente muertos y rescata a la gente de las tinieblas a la luz. Él todavía consuela a los que lloran, sacia a los hambrientos y enciende los corazones de quienes verdaderamente buscan a Dios. ¿Por qué? Porque Él es el Espíritu de Jesús en la tierra , y Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13:8).
Los milagros no son historia; son Su historia , que aún se desarrolla ante nuestros ojos. Creemos que cuando el Espíritu Santo obra, nada es imposible (Lucas 1:37).
La Palabra de Dios
Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios inspirada, infalible y autoritativa. Es útil para enseñar, corregir e instruir en justicia, capacitando al creyente para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17).
Creemos que Jesucristo es la Palabra Viva (Juan 1:1,14), y que permanecer en su Palabra escrita es lo mismo que permanecer en Él. Cuanto más permanecemos en su Palabra, más crecemos a su semejanza.
También creemos que Dios se deleita en revelar sus misterios a quienes lo buscan con sinceridad. Como dice la Escritura: «Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, pero las reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre» (Deuteronomio 29:29). Quien pide, busca y llama, recibirá, hallará y entrará (Mateo 7:7). Al corazón hambriento y humilde, Él concede sabiduría, discernimiento y revelación divina (2 Crónicas 1:11-12; Santiago 1:5).
El regreso de Cristo
Creemos en el pronto regreso de Jesucristo para reunir a su Esposa. Aunque nadie sabe el día ni la hora exactos, creemos que el tiempo está cerca, muy cerca. Vivimos vigilantes, preparados y anhelando su venida (Mateo 24:36; Apocalipsis 22:17,20).
Nuestra vida de entrega
Creemos que el verdadero discipulado no se trata de tomar el control, sino de entregarle todo el control a Cristo. Seguir a Jesús es dejar de lado la propia voluntad, el orgullo y los planes, y vivir en dependencia diaria de Él. Nosotros menguamos para que Él crezca.







